"Un pintor que escribía, un pintor que por tanto no era tal, trató también con sus cartas de inducir a Cézanne a explicarse, planteándole cuestiones de pintura; pero si se leen las pocas cartas del anciano, se comprueba que quedó en un torpe intento de explicación que le repugnaba infinitamente a él mismo. No podía decir casi nada. Las frases con que lo intenta se estiran, se embrollan, se erizan, se anudan, y al final lo deja estar, furioso, fuera de sí. En cambio, logra escribir con una gran claridad: Creo que lo mejor es el trabajo. O bien: Todos los días hago progresos, aunque lentamente. O bien: Tengo casi setenta años. O bien: Le contestaré con cuadros."
Cartas sobre Cézanne , R.M.Rilke
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